No obstante el orden implementado en la ciudad por su diseño geométrico, en ella transitan y fermentan los signos de la dispersión heterogénea. En una contigüidad que burla todo intento de sistematización, coexisten diversas temporalidades y diferencias de carácter social y genérico. La ciudad, en su trama densa y compleja, se niega a ser dicha y aquellos que la habitan la redicen y contradicen desde su propia subjetividad en una retórica urbana que fragmenta y modifica la cartografía oficial.
Para una perspectiva masculina, la ciudad es alegoría de la nación con sus centros y periferias de la pobreza mientras una subjetividad homosexual hace de los lugares convencionales, escenarios del deseo. Por otra parte, la casa en el imaginario de las mujeres, es sitio de transgresión y lugar de una historia otra en los márgenes de la historia oficial.
Dentro de un contexto histórico que va de la ciudad colonial a la ciudad posmoderna, en este libro se analizan imaginarios urbanos que ponen en evidencia no sólo la importancia del factor genérico sino también el valor referencial de la ciudad con respecto a la nación y a la memoria.